domingo, 19 de abril de 2015

Ensayo “Así Habló Zaratustra” III.- De la Visión y del Enigma.

Para aquellos lectores, les recomiendo mucho encarecidamente este capítulo que analicé en clases, les comparto mi experiencia y los invito a leerlo, avisados estan de que esta reflexión tiene SPOILERS (gran parte del contenido de lo que pasa),


Ensayo “Así Habló Zaratustra
III.- De la Visión y del Enigma.

En este texto personalmente veo mucho misterio y cuestionamientos profundos acerca de la certeza del hombre y su capacidad de afrontar el transitar de este pasaje del que llamamos vida, coincide un poco con una reflexión que publiqué en mi blog personal hace unas semanas y me parece bastante interesante, en primer lugar el personaje principal “Zaratustra” sale de una trance, de una conmoción rotunda de su alma, para relatarles a sus compañeros de travesía, los mismísimos horrores que él vivió entre aquel enigma, en la isla desierta a la que todos ansiaban acudir, no se imaginarían que en ella se albergaba toda esta clase de artimañas mentales que podrían tejer todo una confusión mental y poner de bruces al más fortachón y de semblante menguante.

Empieza una retórica muy fascinante tan pronto describe lo sombrío del ambiente y cuando se le aparece el demonio mitad topo, mitad enano , el cual lo intenta intimidar, y es ahí cuando Zaratustra habla del valor del hombre, uno de los aspectos que me encanta en el texto. Se trata de un valor muy poco presente hoy, no se trata de un simple valor a través de una inyección de voluntad, no, no… se trata de un valor contundente el cual pudiéndolo manejar a su cabalidad, te hará libre, te dará la seguridad que necesitas infundirte a ti mismo para afrontar cualquier cosa. A partir de este punto se adentra en una metáfora muy puntual, cuando habla sobre los caminos convergentes en el portón que divide lo que él llama el camino de atrás y el camino de adelante, lo cual son un mismo punto, solo hay una mera separación, lo llamado “Instante” pero el camino es el mismo, a partir de la infinidad. También relata acerca del miedo cuando entre las hojarascas aparece el perro que aúlla fuertemente despavorido por algo que lo hace temblar, y Zaratustra ve un reflejo de compasión por el animal.

En esa misma línea pasa algo más, el final se vuelve más oscuro y tétrico, el observa a un hombre, que describe como un pastor poseído por los pecados, a los cuales lo representa la serpiente que sobresale de la propia boca del sujeto, imagen que lo espanta de sobremanera al momento, pues se puede traducir en el reflejo del horror mismo, esa incapacidad de salir de una experiencia terrorífica la cual lo dejó atisbado totalmente, culminando con saber el porqué del misterio y qué hay realmente detrás de esa visión…


Carlos Baldivian.

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