domingo, 17 de mayo de 2015

Ensayo: El Camino.



El Camino. 


El Camino es un sendero eterno de vida sinuosa. No sabemos la verdad, y nos confunde aún más todos los días. El escuchar a muchos tergiversarla a su modo… como si fuera alguna especie de fórmula de relatividad maleable.

Comenzamos desde un punto, desde una raíz borrosa, vamos viendo la desenvoltura del lente a través de nuestro iris, las cosas se originan, a la par de la consciencia, y nuestra memoria va adoptando la forma y la percepción que tiene hasta llegar a la que tiene hoy día.

A medida que nuestra vida y nuestro camino se desarrolla, vamos gateando a tientas… se va condicionando nuestro contexto palpable… a menudo como si se tratase de un metódico pre-destinamiento de a donde llegaremos, y hasta donde la limitante de nuestro ego en el cerebro nos permita.

Pero ciertamente, hay veces en las que a la mitad del camino o antes o después, las oportunidades se presentan, puntos cruciales que representan tickets de salida a ese pasaje denso y oscuro que podamos encarnar muchas veces.


¿Hasta aquí todo suena a patrañas meditadas no? ¿Jugando al juego de la vida? ¿Sí pudiéramos decir que somos marionetas en una gran función de teatro del Universo? ¿O que somos simples peones de la mente ultra cósmica y multivérsica de Dios, o de lo que sea que esté observándonos detrás del plano de donde nos encontramos? Mmmmmmm ¡Sorpresa!.. NO… No lo somos.

Somos seres humanos, seres humanos dotados de emociones, de sentimientos, seres que cargan con defectos, con errores, con discapacidades, con temores… eso nos hace ser lo que somos, HUMANOS, cargamos con un destino, esas riendas que pensamos abandonadas al azar las podemos tomar, conducirlas a donde queramos, romper esos esquemas absurdos de la sociedad que quiere que nos movamos entre cadenas, como esclavos… y ahí justo en ese instante correcto, sea el momento en el cual el camino comience a marchar a nuestra voluntad… eso debería ser la fuente de inspiración que nos haga acercarnos más al amor y caminar incipientes hacia la verdad absoluta.


El Camino – Carlos Baldiviann.

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